fbpx
¡Por las primeras veces venideras!

¡Por las primeras veces venideras!

El rítmico sonido de unos tacones activó mi radar hormonal; yo tenía apenas 17 años. Aquel sonido pasó detrás de mí. No la había visto aún, pero mi vida ya estaba conectada a la de ella por eso que llaman el hilo rojo del amor; ese que tarde o temprano une los caminos...