El rítmico sonido de unos tacones activó mi radar hormonal; yo tenía apenas 17 años. Aquel sonido pasó detrás de mí. No la había visto aún, pero mi vida ya estaba conectada a la de ella por eso que llaman el hilo rojo del amor; ese que tarde o temprano une los caminos de quienes han de estar juntos.
Estación Parque Berrio del Metro de Medellín. Lo recuerdo todo de aquella tarde. Volteé a mirar, vi la perfección de su silueta alejándose. Puedo recordar el Tac–Tac de sus tacones negros, y el negro de su cabello. Era mi definición perfecta de la palabra “Mujer”. Fue la primera vez que la vi.
Con el tiempo colmé su casillero de cartas de amor y frutas exóticas. Un restaurante, una rosa, una cena romántica. Claudia, ¿quieres ser mi esposa? …Y ya somos cinco. (Seis con Tommy, el perro).
Hay algo tan especial con las primeras veces que parecen tener un espacio privilegiado en nuestra memoria, y cada vez que las mencionamos dan un salto y nos visitan de nuevo con su carga de emociones, unas que quisiéramos revivir y otras nunca haber vivido, porque de alguna forma nos hicieron daño (Como la primera vez que monté en bicicleta, pero eso es otra historia). Primeras veces; no sé que tienen, pero algo tienen.
La primera vez que asistí a una iglesia cristiana no me senté… “me escondí” justo detrás de unas columnas; me daba pena que algún conocido me viera entre esa cantidad de extraños que alzaban sus manos y cantaban como si no hubiera un mañana. Pero, abriéndose paso entre mis prejuicios, las palabras de aquel predicador encontraron una ruta directa hacia mi corazón. Y nunca más salieron de allí.
No podemos cambiar las primeras veces que ya pasaron, pero creo que aún hay muchas primeras veces esperándote: muchos días por vivir, personas por conocer, montañas azules por descubrir, muchos libros por leer, fechas especiales por celebrar… puertos donde desembarcar; y ya que hablamos de primeras veces, permíteme regalarte la palabra que escuché aquella primera vez en la iglesia: “Busca primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas te serán añadidas”…Que Dios te bendiga en adelante con un millón de primeras fantásticas veces.
Y tú, qué opinas? Me encantaría responder tu comentario.
Hermosa historia se asoma una lágrima de felicidad recuerdo la primera ves que escuche esta historia Maestro mil Bendiciones
Hola Nerieth, gracias por darte una vuelta por esta fábrica de historias…si tu lágrima es de felicidad habré cumplido mi misión de
tejer emociones juntando letras jeje. Un abrazo amiga.
Leyendo esto recordé la primera vez que trabaje en taquilla (parque Berrío) con una Chica Claudia Gil y…. Mmmm más enamorada !!! Solo deseaba que fueran las 11:30pm para ver a su Amado “Rubio de pava Verde oliva” … Tiempos aquellos…
Mi querida lectora, gracias por tu comentario. No te imaginas la satisfacción que siento al saber que estas palabras logran llevarte a otros lugares, a otros momentos, a otras escenas de la historia de nuestras vidas… Tal cual lo dices: “Tiempos aquellos”. Y sin embargo insisto: “lo mejor está por venir”.
¡Amé esto!
Hola Aidabuiles, esas dos palabras de tu comentario hacen que valgan la pena las 382 palabras de la historia.
¡Gracias!
Qué bonito… que hermoso sería tener esa primera vez, este mensaje me llena de muchísimas ganas de ser fiel a Dios.
Hola Luz, gracias por tu comentario. Me alegra mucho saber que esta historia logra motivarte en esa dirección. “Qué vengan muchas primeras veces de fe y realización para tu vida”.
Mi amigo brillante, que bella historia de amor han vivido, que talento tienes para provocarnos sentimientos y esperanza.
Mi querida amiga, ya bien sabes quién es el autor de todo arte y belleza… Dependemos de su gracia. Es una bendición tener lectores como tú. Gracias siempre.
Es cierto, entre cada ir y venir, entre el afán de cada día, la terrible rutina, Dios nos permite vivir primeras veces que nos hacen sentir vivos, diferentes y abren puertas a nuevas cosas, como un universo que no termina de nunca su expansión, siempre hay más.
Se convierten en experiencias inexplicables, situaciones inesperadas, personas y hechos que se vuelven excepciones en nuestras vidas…. ‘primeras veces venideras’
Jeins Durán, tocas corazones con tus palabras, Dios te bendiga.
Hola Andrea Suárez. Gracias por visitar mi fábrica de historias. Tal como tú lo dices, existe una Belleza Inesperada en las primeras veces, tienen algo cautivante. Como cuando el metal precioso se expone a la luz. Gracias por tus palabras tan generosas. Que sean miles de “primeras veces venideras”. Un saludo mi querida lectora.
Aprendí de mi pastor Hugo Mendoza (de Barquisimeto, Venezuela) que todo lo primero es profético, quizás por eso tienen algo especial todas las primeras veces. Para vivir muchas primeras veces, necesitamos de manera infaltable, salir de la zona de confort.
Muy interesante tu aporte sobre lo profético que hay en las primeras veces. Gracias por compartirlo con nosotros Santiago. Saludos.